Ofensas

No sé muy bien qué compartir hoy con vosotros, la verdad es que me hastía leer y ver más de lo mismo. Pero lo que no entiendo es la polémica que se ha creado con la decisión de subir los impuestos a los que ganan más de 600.000 al año, entre los que se incluye a los futbolistas. El problema está en que posiblemente muchos futbolistas no querrán venir a jugar a España. Pues me la pela! Me la pela siete veces! Mierda de país y de gentes! Lo que os preocupa son los putos jugadores, no que nos pongamos a nivel europeo. Encima están clamando al cielo personajes que, lo más seguro, no ganen eso (al menos declarado, que entre la economía sumergida y el arte del siseo, muchos se afanan unos miles de euros de sobresueldo).

No es normal, alguien que gana eso (que no debería ser así en ningún caso, ya sabéis que soy de la opinión de que haya un techo en los salarios) puede vivir más que holgadamente. Tampoco es normal que se den las noticias desde un solo prisma. Los pseudoperiodistas que invaden nuestro país podrían haberse preocupado de preguntar a algunos futbolistas qué les parece la medida. Con toda seguridad, no creo que les preocupe en exceso dos millones arriba o abajo... Muchos proceden de clases humildes, y en su país, al cambio, vivirán como reyes cuando se jubilen.

También merece mención aparte el "gitanazo" de Millet, tío cutre donde no le haya. Mirad si es un crack, el viejuno éste, que aparte de tener la huevada de meter mano en las arcas del Palau, tuvo los santos cojonazos de estafar a sus consuegros. El mierdas montó una boda para su hija de 80.000 € y les pasó la mitad de las facturas a los susodichos, facturas que había abonado en su totalidad con pasta del Palau. No encuentro un taco suficientemente gordo para describir a este ser engendrado en un pozo ciego, ilustre ejemplo de la burguesía de este país.

¿Conclusión? ¿Reflexión final? Hoy no, no hace falta. Hay cosas que caen por su propio peso.