jueves, 22 de diciembre de 2011

Mini-jobs, mini-mierda, mini-mizar

Mucho se habla últimamente de los mini-empleos. El señor Rosell, ese ojeroso presidente de la CEOE (las ojeras le vienen de no dormir por estar pensando cómo joder a unos mientras él y los suyos se enriquecen. Esto se llama trasvase de caudales, pero no de los ríos) es el que ha sacado a debate el tema, poniendo one more time a Alemania como ejemplo. Que si allí se estila mucho, que si tienen poco paro, que si se debe tomar como ejemplo su modelo laboral... Estoy hasta las narices de la An-Hell A-Merk-El. Aparte de ser el perro de presa del puto club Bilderberg (esos que dirigen el mundo desde las cloacas forradas de oro), se dedica a decir a los demás cómo llevar sus asuntos, y todo porque el cambio de moneda era perfecto para ellos y ahora ven que quizá deben arrimar el hombro y esa idea no le va.

Los conocidos como mini-jobs, en Alemania son desempeñados por amas de casa que quieren completar el salario que entra en su hogar (ama de casa YA es un trabajo) o estudiantes que quieren sacar unos euretes. Eso está bien si la masa de trabajadores está ocupada con unos buenos salarios, se fomenta la conciliación laboral-familiar, se respetan los derechos de los trabajadores y se valora el trabajo de cada uno de ellos. Todo ello está propiciado por el hecho de que hay ofertas laborales sin cubrir, tanto cualificadas como sin estarlo, por lo que las empresas deben ofrecer acicates para captar trabajadores.

¿Pero qué sucede si hordas y hordas de trabajadores sin ninguna clase de preparación (bastantes de ellos sin ganas de tenerla, me temo) se quedan sin empleo? Pues sucede lo que ahora está pasando en España. Apenas hay puestos de trabajo ofertados y sí mucha gente que busca empleo. El asunto es así de simple: se aplica la ley de la oferta y la demanda, situación en la que el empresario piensa,..."muchos quieren lo mismo, curro, pero como de eso hay escasez, pos vamos a sacarle partido... si muchos quieren currar, tiramos abajo salarios y derechos laborales y pa' la saca". Y así nacen los mini-jobs "a la española", que ya existen desde hace años aunque ahora le cambien el nombre, y solamente son mini por los salarios, aunque las horas y la presión sean más altas de lo que corresponde para el sueldo que se saca y los derechos que se tienen como trabajador sean inexistentes (no vacaciones, despido libre, el estar de baja hace peligrar tu puesto...). Total, en vez de coleccionar sellos, tendremos que coleccionar curros para poder pagar las facturas hasta que cumplamos 187 años, edad de jubilación que pronto se implantará.

Hay días en los que me dan ganas de mini-mizar toda esta basura... Si pudiera me marcharía al Trópico, al menos allí no pasaría frío! Abrigáos, que los constipados son enervantes!

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