Conejitas de Playboy

Queridos amiguitos. No busquéis fotos subidas de tono, que no las hay. Es una de tantas estrategias que he leído resulta efectiva para subir las visitas de un blog: poner un título provocativo. Aparte hay muchas otras: insultar a alguien para provocar el efecto llamada en su manada para defender su honor, copiar literalmente la entrada de otro blog, chivarse y esperar que hable (mal) de tí en una de sus entradas y sus lectores entren en tu blog por morbo, poner fotos de tías en bolas en fechas muy anteriores a las publicaciones serias para tener más tránsito, etc. Ninguna de ellas me parece muy honrada, así que no las pienso usar. Por cierto, ya que esperábais una foto de una conejita, ahí va.

Tener un blog es una tarea algo complicada, más que nada porque a veces no te viene inspiración, no tienes ganas o te falta tiempo. Y claro, lo que sucede es que una semana hago entradas casi a diario y luego me tiro un mes sin aparecer por aquí. Dudo mucho que se declare el luto nacional porque no entro en éste, mi cuchitril. Pero como tengo algunos fieles lectores (el gato y tres más), creo haber encontrado una solución para aumentar el número de posts: que alguno de vosotros, cuando necesite explayarse o quiera compartir algo y no tenga blog (por lo que sea) pueda enviar un texto o cien, obviamente figurando el autor en el título del post. ¿Y cuál es el beneficio? Sólo puedo ofrecer el amor incondicional de los que se pasan por aquí, mi agradacemiento e impedir que el blog acabe petando.

Pues eso, si alguien quiere colaborar, que me mande su escrito a acabarapetando @ gmail.com
¿La temática? Pues da igual, que siga la línea voy trazando. Eso sí, que no sea un texto hablando de la brujería en el siglo XVI, un análisis de la reproducción del escarabajo pelotero malayo ni de que habéis visto un famoso en la playa comiéndose una sandía sin pelar.