Charlatanes del siglo XXI

Que levante la mano el que odie el cartelito de: "Felicidades! Eres el visitante 99.999. Acabas de ganar un Audi A3. Haz click aquí". O tenga la carpeta Spam llena de mails vendiendo Viagra, diciendo que habéis ganado la Lotería o que tenéis crédito en un Casino online. La habéis levantado todos, ¿no? Bien.

Resulta infame navegar por la red de redes y ver que está infectada de páginas y más páginas de empresas y personas que dan fe, anunciando las bondades de crecepelos, sistemas piramidales para ganar dinero, páginas que ofrecen dinero por visitar sus anunciantes (me lo he mirado, te dan 0,01 € por visita), aparatos que sin esfuerzo te quita la lorza que convive contigo hace años. Todo ello me hace recordar cuando, de adolescente, leía Lucky Luke. Uno de mis personajes favoritos era el Doctor Doxey, que vendía un líquido que prometía devolverte el vigor y la energía.

Como no creo que me dejaran cubrir a esta mentirosa y molesta gentuza de alquitrán y plumas, quiero ofrecer en exclusiva a todos los lectores de este blog el nuevo Anti-Charlatans, un software que ofrece la eterna liberación de pop-ups, enlaces publicitarios fraudulentos y ventanitas emergentes que prometen el mapa de las Minas del Rey Salomón si envías un SMS con la palabra SUBNORMAL al 7899909. He aquí una fotografía del producto estrella:

¡No dejes pasar esta oferta irrepetible!

Ahora que he conseguido captar vuestra atención, os explicaré los pormenores: si referís el producto a vuestros conocidos, tendréis un descuento exponencial conforme vuestros referidos invitan a otros. El precio de lanzamiento es irrechazable.

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Además, los cien primeros ingresos recibirán completamente gratis un crucero de una semana por la Antártida. Para activarlo solamente tendrán que introducir el código de verificación que se le facilitará en la página:

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No somos nadie

Esta mañana se ha ido la luz en todo el barrio. La vitro no quería proporcionarme café, el módem no me daba señal para conectarme a internet, el móvil estaba con la batería muy baja y no podía cargar... Me han dado ganas de volver a meterme en la cama hasta la hora de comer. Comer un bocadillo, porque caliente seguro que no: ni vitro, ni micro ni horno. Hace un rato ha vuelto y he podido arrancar. Menos mal.

Seguro que a todos os ha petado, al menos, un ordenador, ese aparato del que todos decimos poder prescindir pero que en el fondo almacena un montón de información más o menos importante. Si nuestro PC falla, nos dan los siete males, todos a la vez. Tienes que reinstalar el Windows de nuevo (esssa copia pirata!!!! alguien tiene un original?) y has perdido todo, o quizá con suerte puedes hacer una partición del disco duro y rescatar las fotos del viaje familiar a Eurodisney. ¡Yo prefería salvar los mp3! ¡Joé! A bajarlos de nuevo... Otras veces somos algo más afortunados y con una restauración de sistema arreglas el fallo masivo, pero sabes que tu ordenador ya no será el mismo. Irremediablemente, tendrás que reinstalar el Windows, tarde o temprano...

¿Cuántos de vosotros usáis la agenda del móvil? Muchos, ¿no? ¿Y cuántas veces os tenía que pitar un recordatorio de la cita con el dentista, o de una reunión, o de tener que escribir un email importante... y por lo que sea no ha pitado? Y os ha jodido profundamente, con consecuencias más o menos graves...

Ni qué decir de tener que acudir a la administración a realizar un trámite y el funcionario de turno informaros de que su sistema interno lleva fallando toda la jornada o que la impresora en red se ha averiado. Vuelva usted mañana....

No dependamos tanto de la tecnología, por favor. Haced copias de seguridad de vuestras fotos y archivos importantes, anotad vuestras citas en una agenda de papel de toda la vida, que ella no falla. En definitiva, no seamos tan tecnodependientes. Es fácil proponer esto, pero en realidad mi idea no es tan descabellada. Pensad en tener una alternativa frente a un caos tecnológico, tened una previsión de qué podríais hacer si las máquinas se rebelaran, huid de vuestra entrada en Matrix.

Llamamiento a los jóvenes

Hace unos días el Ministerio de Trabajo ha publicado su informe sobre el paro. Tras muchos análisis y analistas, todos coinciden en que resulta muy preocupante la alta tasa de paro entre los jóvenes. ¿A qué se debe este hecho? ¿A que los jóvenes son unos vagos? Creo que resulta injusto generalizar. ¿A que los empresarios abusan de que son muchos los jóvenes que buscan empleo a cualquier precio? Algo de verdad hay en esto.

He entrado en la página web de infojobs y he estado analizando el apartado "Primer empleo". Veamos algunos ejemplos:

- Departamento de márketing de una empresa. No se necesitan estudios ni experiencia, jornada completa de lunes a viernes. Entre 6.000 y 21.000 € brutos al año.

- Nutricionista/dietista. Se requiere experiencia en atención al público y titulación universitaria adhoc. Entre 1.200 y 1.500 € brutos al mes.

- Comercial de una ONG. No hacen falta estudios, 4 h. por la tarde, de lunes a viernes. Entre 450 y 900 € brutos al mes.

- Atención al cliente. No hacen falta estudios, horario de 8.30 a 18.00 de lunes a viernes. Entre 900 y 1.500 € brutos al mes.

- Programador Java. Se requiere ingeniería e inglés alto. Jornada completa. Entre 18.000 y 21.000 € brutos al año.

- Administrativo. Se requiere formación de grado medio y disponibilidad horaria, pero no se necesita experiencia. Entre 10.000 y 30.000 € brutos al año, según objetivos alcanzados.

No todas las ofertas que he puesto son malísimas, algunas son solamente medio malas. Pero entre los salarios que sabemos que existen y estos expuestos arriba, es suficiente para deducir que las ofertas de trabajo enfocadas a los jóvenes son una auténtica basura. Normal que muchos tengan que vivir con sus padres: ¿cómo cojones se puede vivir con esta miseria de sueldos? No hablo de vivir a tutiplén, sino de pagar un módico alquiler, las facturas mensuales de servicios y unas medidas compras en el super. Normal también que muchos estén en paro. Para cobrar esa mierda, mejor cobro el desempleo, o me quedo en casa de mis padres tocándome el pirindolo.

¡JÓVENES DEL MUNDO! Muchos de vosotros sois unos vagos, pero también muchos tenéis aspiraciones, intereses, estudios, queréis emanciparos, viajar y tener algo de tiempo libre, aprender, vivir, aportar vuestros conocimientos... ¡Pues lo lleváis claro! Da igual si tenéis estudios universitarios, da igual si tenéis ganas e iniciativas, porque esto no sirve de nada. Unámonos todos y lapidemos a los empresarios abusones y a los políticos que consienten esta precariedad de empleo. ¿No se busca mejorar la economía del país? Empecemos por pagar mejor, así todos tendríamos algo más de poder adquisitivo, con lo que dinamizaríamos muchos sectores a la vez, pero con cabeza, sobre todo hay que evitar volver a vivir de los pelotazos inmobiliarios, que ya se ha comprobado que no son buena idea.

Conejitas de Playboy

Queridos amiguitos. No busquéis fotos subidas de tono, que no las hay. Es una de tantas estrategias que he leído resulta efectiva para subir las visitas de un blog: poner un título provocativo. Aparte hay muchas otras: insultar a alguien para provocar el efecto llamada en su manada para defender su honor, copiar literalmente la entrada de otro blog, chivarse y esperar que hable (mal) de tí en una de sus entradas y sus lectores entren en tu blog por morbo, poner fotos de tías en bolas en fechas muy anteriores a las publicaciones serias para tener más tránsito, etc. Ninguna de ellas me parece muy honrada, así que no las pienso usar. Por cierto, ya que esperábais una foto de una conejita, ahí va.

Tener un blog es una tarea algo complicada, más que nada porque a veces no te viene inspiración, no tienes ganas o te falta tiempo. Y claro, lo que sucede es que una semana hago entradas casi a diario y luego me tiro un mes sin aparecer por aquí. Dudo mucho que se declare el luto nacional porque no entro en éste, mi cuchitril. Pero como tengo algunos fieles lectores (el gato y tres más), creo haber encontrado una solución para aumentar el número de posts: que alguno de vosotros, cuando necesite explayarse o quiera compartir algo y no tenga blog (por lo que sea) pueda enviar un texto o cien, obviamente figurando el autor en el título del post. ¿Y cuál es el beneficio? Sólo puedo ofrecer el amor incondicional de los que se pasan por aquí, mi agradacemiento e impedir que el blog acabe petando.

Pues eso, si alguien quiere colaborar, que me mande su escrito a acabarapetando @ gmail.com
¿La temática? Pues da igual, que siga la línea voy trazando. Eso sí, que no sea un texto hablando de la brujería en el siglo XVI, un análisis de la reproducción del escarabajo pelotero malayo ni de que habéis visto un famoso en la playa comiéndose una sandía sin pelar.

Manual del visitador del pobre

Una de las cosas con las que disfruto más es con los libros. Son seres inanimados que me aportan más que algunos seres vivos con los que trato a diario. Hace unos días estuve en el almacén de un anticuario-coleccionista que se ha retirado y se quiere deshacer de su stock. Fue apasionante estar unas horas revolviendo, mirando, juzgando y comprando a buen precio. Entre otras cosas, me llevé algunos libros del siglo XIX. Uno de ellos, el Manual del visitador del pobre, escrito por Doña Concepción Arenal, publicado en 1878, es increíble. He aquí algunas frases de órdago que sirven a la autora para poner en antecedentes al visitador:

- El pobre falta a la verdad. Un niño tiene hambre, tiene frío: sus padre no pueden darle lumbre ni pan. Sale a la calle, alarga la mano, nadie repara en él. [...] Entonces exagera la verdad, como se esfuerza la voz para hacerse oír en medio del tumulto: dice que son seis hermanos, que sus padres están en el hospital, que no tiene padre ni madre, etc. [...] Aprende prácticamente que con la mentira alcanzó lo que la verdad no consiguió. La mentira, pues, es un excelente medio, que adoptará sin escrúpulo. [...] La mentira del pobre es una consecuencia de la dureza del rico, y de su abandono.

- El pobre es descuidado. El descuido del pobre, su dejadez, su falta de aseo, nos parecen harto culpables, y a veces disminuyen nuestra compasión hacia él. Para tal y tal cosa, decimos, no se necesita dinero, un poco de cuidado basta. El pobre ha de ser limpio, porque lo somos nosotros, y tener el propio esmero con sus trapos, que nosotros con nuestras galas. La lógica no parece muy fuerte, pero no gastamos otra. Todos los argumentos que empleamos contra el descuido del pobre están sacados de nosotros mismos, de lo que nos agrada, nos conviene o nos obliga.

- El pobre es imprevisor. El pobre no puede realizar economías. Si mantiene y educa a su familia, si coloca en la caja de ahorros algunas cortas cantidades para cuando le falte salud o le falte trabajo, hace mucho, hace más que probablemente haríamos en su lugar los que le acusamos con ligereza. [...] Para que la previsión del pobre dé resultado, debe ir acompañada de una serie no interrumpida de privaciones, y al exigírselas, tal vez no hemos calculado bien la fuerza que necesitan, ni si lo que pedimos se halla muy en armonía con la naturaleza humana.

- El pobre es vicioso. El hombre es vicioso en general: los vicios del pobre son más groseros, están más visibles, y sus consecuencias, si no más fatales, son más ostensibles. [...] ¿Qué hacemos para arrancarle de la taberna, del garito, de la orgía? [...] Tras una semana de trabajo y de privaciones, el sábado por la noche no le preocupa la idea de madrugar al dìa siguiente y tiene dinero. Allí está la taberna, donde entran sus amigos a gozar los únicos goces que él comprende. ¡Cuántos vicios se evitaría, cuántos crímenes, nada más que con pagar al jornalero el lunes antes de entrar a trabajar, en vez del sábado cuando deja el trabajo! La embriaguez, o cuando menos el abuso de los vinos y licores, es una de las causas, la más poderosa tal vez de los extravíos del pobre.

- El pobre es ingrato. Hay dos razones para que el pobre nos parezca menos agradecido, que lo es realmente. La primera lo brusco de su lenguaje, la dificultad que halla en expresarse de una manera parecida a la nuestra, lo poco habituado que está a la expansión de los efectos benévolos, de que tan rara vez es objeto. La segunda causa es que a veces damos el nombre de favor a la justicia y creemos de muy buena fe que fuimos buenos y generosos, cuando realmente no hemos sido más que justos.

Ciertamente, el libro usa un lenguaje clasista y viejuno, pero si obviamos esto nos damos cuenta de que aún hay gente que miente, que no ahorra si puede hacerlo, que va desaliñada y que, en cuanto cobra, se lo pule en fiestas. La señora fascista autora del libro era, probablemente, una visionaria.