miércoles, 24 de febrero de 2010

Cuento de buenas noches: Vulgarcito

Vulgarcito es un adolescente mimado, que ni estudia ni trabaja. No tiene ninguna aspiración en la vida, sólo se emociona cuando es jueves, pensando que al día siguiente será viernes y se va de fiesta tres días seguidos, no sin antes robar y amenazar a sus padres, currantes mileuristas que no saben qué han hecho mal para que su hijo haya llegado a ser el monstruo que es. (yo sí sé los fallos: engendrarlo y no darle de hostias, físicas y verbales, a tiempo)

Vulgarcito ha conseguido unos gramos de coca y unos porros (mira! sí tenía un proyecto: ir a ver al camello!) y tiene el maletero del coche a reventar de botellas y hielo. Mierdosete, su colega del barrio, llega muy desfasado al descampado donde han quedado con treinta energúmenos más., se ha comido dos tripis como merienda. Un par de horas más tarde todos están bastante drogados y ebrios, hablan todos a la vez, de nada y sin escucharse. Ninguno de ellos está cotizando, tampoco se preparan en la universidad, no tienen ni el graduado escolar... Ojo! Una cosa es divertirse y otra vivir para drogarse, beber e irse de fiesta y no dar un palo al agua.

Moraleja: con semejante plantel juvenil no me extraña que se pretenda subir la edad para jubilarse, subir los impuestos y sacarnos más pelas a los que sí curramos de verdad. Porque éstos chavalines son unos chupópteros que cumplirán treinta y cinco y seguirán igual. Y mientras, los demás a cotizar para sacar adelante las estadísticas de mierda que copan nuestras vidas...

2 comentarios:

  1. Hola Acabará, hace tiempo que no pasaba por aquí y estoy encantada de haberlo hecho hoy. Sigues tan genial como siempre.
    Supongo que te refieres a los tipos de la Generación ni-ni (ni estudian ni trabajan, porque están permanentemente agotados). Me parece un calificativo flojo. Primero, lo de generación no me gusta (como si todos los nacidos el 67 fuéramos iguales de chachis). Yo les llamaría, por ejemplo, parásitos malcriados. Parásitos por lo de ni-ni y malcriados, como bien dices, unas hostias a tiempo, hubieran ido de coña. Pero claro, pegar a los hijos, puede traumatizarles. Pues a mi me tienen traumatizados ellos y su puta madre por no haberlos bien criado. Los sufro en la clase de mi hija (ojo al dato, 8-9 años, empiezan pronto a dar por saco): uno por ser un abandonado total; el otro por ser un super protegido y tenerlo todo antes de abrir la boca.
    Luego tenemos a los parásitos de ESO, que son el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Ahí es cuando nos dan a todos por saco porque los servicios sociales tienen que perder su valioso y escasísimo tiempo en estos tiempos de crisis, para meterlos en un programa de no-se-que para que hagan algo con sus vidas. Si trabajas en un ayuntamiento, te vendrá la educadora social cargada de buenas intenciones a colocarte un ni-ni. Y tu, que ya tienes de sobra con el día a día y esquivar a los jefes puestos a dedo que también te la quieren dar, intentas por todos los medios que no te los coloquen, por favor, que sino la auxiliar no tendrá nada que hacer y el otro no sabrá y se frustará más... y acaba en la brigada de obras arreglando los jardines municipales. Hasta que un día llueve, nieva, ventoleo y te lo endosan y no puedes negarte, porque la educadora es una compañera y te cae bien y no le harás este feo. Y cuando le preguntas a la auxiliar como le ha ido con el ni-ni, te contesta: ahí está, chateando, que está agotado...
    Hay que joderse!!!!
    Perdón por la extensión y saludos.

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  2. Querido Jekill

    Tu explicación sobre los niños y los adolescentes es la misma que la mía y la de otros tantos pero con otros casos de por medio. Da asco ver que no hacen nada, no cumplen con sus obligaciones y, para más inri, se creen estar en posición de exigir sus derechos sin hacer sus deberes... Qué desastre!

    Un saludo y gracias por pasarte.

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